Analizamos la película Mechanic Resurrection
O de ¿Y yo por qué me tengo que tragar estas mierdas?
Pues seguramente porque a veces lo que menos quieres es pensar. Y resulta que cuando en un rodaje de una película, el que más piensa de todos los que la fabrican, es el tío que monta las coreografías de las hostias y los tiroteos, pues te encuentras con una de esas fantasmadas americanas en las que tampoco tienes nada que pensar. Y una de esas fantasmadas de niveles desorbitados es: “MECHANIC: RESURRECIÓN”, de Dennis Gansel (La ola, 2008)
Si queréis ver una película con un guión profundo con unos diálogos intensos, con una trama bien cuidada o incluso un montaje y realización preciso, lamento deciros que esta no va a ser esa película.
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Ahora sí, hay acción por un tubo. De la mala e inverosímil, pero la hay. Explosiones, peleas de infarto, saltos, acrobacias, tiroteos, persecuciones, barcos, rascacielos, Bunkers, submarinos, helicópteros, etc. Al más puro estilo Misión imposible, pero sin Tom Cruise. En este caso es Jason Statham, encarnando a un tío que es la mezcla entre Rambo, Batman, Macgyver y el Capitán América. Pero claro, con un carisma desbordante con tan solo un registro de dos o tres gestos faciales. Vamos un flipado que se carga a todo el que se cruza sin despeinarse (y no porque esté rapado).
El caso es que la película Mechanic Resurection gira en torno a una venganza absurda en la que se cruza por medio una tía sin venir muy bien a cuento la cosa, y que hace que el Statham, que es más duro que un bocadillo de hormigón, se enamore en dos segundos y medio sin fuste ninguno. Y a partir de ahí, en una chapuza de redada comparada con el resto de hazañas que tiene que librar, le chorizan a la novia y se pasa más de tres cuartos de hora matando a la gente que el malo le va encomendando como precio para salvar a la chica. Pero es que claro, la chica es Jessica Alba, y huelga decir que es guapa a reventar. Pero encima es así de altruista y se enamora de un asesino a sueldo implacable, siendo ella voluntaria o misionera en países tercermundistas, ayudando a los pobres niños de países tercermundistas. Vamos, creíble 100% ese flechazo.
En fin, el caso es que el malo, el que quiere vengarse de Statham por algo que les pasó de niños, es traficante de armas mundial y utiliza al superhombre de dinero y materiales inagotables (al parecer tiene dinero, ropa y armas repartidas por medio mundo) para acabar con otros tres tipos que le hacen la competencia en el mundo del narcotráfico de armas. Y al final, viene lo mejor de todo. Sin hacer ningún guiño ni avance previo, el tercer objetivo es Tommy Lee Jones.
¡Toma ahí! Puestos a darle caché a la película, le disfrazamos de narco millonario (con un rabioso parecido a Fernando arrabal con gafas psicodélicas o a Rappel), estrafalario y cachondo al T.L.Jones para que se alíe con el Statham y hacerle la rula al malote principal. Total que se la hacen y se carga a un ejército de 100 o 150 tíos él solo, se cuela en los sitios de más seguridad del planeta y salva a la chica. Y para remate, sobrevive a la explosión del barco en el que acaba la película metiéndose en el hueco reforzado del ancla. Justo el único sitio en el que no mira la guardia costera cuando sacan todos los restos del barco al puerto.
Eso sí, el T.L. Jones sí lo hace a través de la cámara de seguridad, pero solo él. Y como es un cachondo, borra la cinta y el bueno de Statham puede hacerse pasar por muerto para siempre, recoger a la chica que estaba de nuevo en labores de misionera y trincársela ya sin agobios. Y colorín colorado este bodrio se ha acabado.
Y sí señores, me la tragué enterita. En un día en que estaba en un sitio del que no podía salir y solo llevaba esa película encima. Y como no tenía ganas de pensar, pues le di al Play y me dije: “Ya verás que crónica más tonta hago de esta película”.
Ahora, eso sí, Jessica Alba sigue estando de 10. Pero no actuando En cuanto a Stahtam y su carisma y poder de seducción, casi mejor júntate con Stallone para otra de “Los Mercenarios”, que por lo menos ahí haces gracia. Ahora, eso sí, tiene un estilo molón para dar hostias. Y básicamente de eso, va la película.
Soy Cristóbal Terrer y estoy licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas. Actualmente trabajo como profesor de marketing y en mi tiempo libre escribo novelas de ficción. Además, presento un podcast sobre cine y realizo fotografías artísticas.