Análisis de la serie Upload de Amazon Prime Video
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Upload, maravillas y penurias de la vida después de la muerte
Nathan cree que lo tiene todo: juventud y belleza, una novia cañón, una idea de negocio revolucionario y, sobre todo, una larga vida por delante. Pero el destino decide repartirle otras cartas en forma de un fatal accidente de coche que trunca de un plumazo todos sus sueños.
Entonces su consciencia es descargada a Lakeview, el servidor puntero de realidad virtual al que van a parar los muertos para disfrutar de un lujoso descanso eterno… Dando comienzo una nueva experiencia vital, o quizás sería más preciso decir “mortal”, en un más allá de lo más curioso.
El primer pensamiento que viene a la mente tras conocer la premisa de Upload es para ese maravilloso episodio de Black Mirror titulado San Junípero. La nueva comedia de Greg Daniels (creador de joyas como The office o Parks and Recreations) se desarrolla a caballo entre nuestro mundo, el de los vivos, y un más allá virtual que, en esencia, es la misma idea pero con un resultado bien diferente del presentado en la ficción de Charlie Brooker.
La serie Upload es una comedia con tintes dramáticos y románticos (también alguna escena subidita y pinceladas gore), pero una comedia en fondo, tono e intenciones. Los detalles que ofrece de esa experiencia “after life”, así como las singulares relaciones que mantienen los personajes vivos con los muertos, dan para alguna que otra reflexión sobre el devenir humano, pero no con la profundidad y calado emocional de San Junípero.
La serie de Prime Video se empapa en sarcasmo para mostrar un futuro no muy lejano con problemas evolucionados de la sociedad actual. De ahí que el mundo descrito en ese Lakeview (un espectacular hotel de lujo, en realidad el Hotel Mohonk Mountain House de Nueva York) sea tremendamente artificioso y vacuo, un lugar pensado para el disfrute y el relax, pero sobre todo para hacer caja. En este sentido hay que tenerlo claro: si existe un más allá, seguro que tendremos que seguir pagando por él.
El 2033 de Upload es un mundo dominado por el capitalismo más feroz y corporativo, publicidad sin fin en cada rincón, en el que muchos personajes solo se preocupan por la apariencia y los likes que reciben.
Las apps controlan una sociabilidad afectada por los mismos problemas e incertidumbres que acechan hoy día. Una existencia marcada por la superficialidad, la inseguridad y ciertas obsesiones humanas que van de lo más primario (como el sexo) a otras más profundas como la vida eterna.
El reparto, ausente de estrellas, cumple perfectamente con su función. Robbie Amell (Nathan) y Andy Allo (Nora) son los guapos y encantadores protagonistas que representan ambos mundos, acompañados por una nutrida colección de secundarios.
Eso sí, no esperéis encontrar una gran puesta en escena o unos efectos y fotografía atractivos. Para eso hay que ir a Tales from the Loop, la maravilla de Amazon Prime de este año. Upload es más una sátira del futuro que una serie de ciencia-ficción propiamente dicha. Sus sencillos efectos se reducen a cuatro cromas y algún que otro elemento CGI.
Upload no revoluciona el panorama seriéfilo, pero resulta un agradable y agradecido entretenimiento. Una crítica a la hipocresía y doble cara de la sociedad actual, también a sus injusticias y excesos, a través de un tono desenfadado, ofreciendo algunas ideas estimulantes de lo que nos puede ofrecer el mañana. Una serie que se ve en un par de sentadas y que mezcla con habilidad comedia y futuro distópico.
─¿Qué tal ha ido el día? ─Nora.
─Un perro me ha puesto deberes y esta noche retransmiten mi funeral en Lakeview y Nueva York… vamos, lo de siempre ─Nathan.
Tráiler de la serie Upload
Soy Alfonso Gutiérrez Caro. Murciano. Trabajo como profesor de Historia. Soy escritor de novela negra y colaboro como bloguero en varios webs. Como diría Tommy Shelby: Puedes cambiar lo que haces, pero no lo que quieres.