Crítica de El libro de Boba Fett

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No existe en la historia del cine un personaje secundario (o quizás sería más preciso decir terciario) tan célebre y con tanto seguidor como Boba Fett. El cazarrecompensas de armadura mandaloriana se ganó con poco esfuerzo un hueco entre los personajes más queridos de la saga Star Wars. Quizás sea cosa de su icónico casco o su aura de misterioso pistolero espacial… pero, ¿qué hizo este personaje para ganarse tal fama?

El clon de Jango Fett (cosa que no se supo hasta el El ataque de los clones) tuvo su primera aparición en la genial El imperio Contraataca siendo contratado por el mismísimo Darth Vader para seguir los pasos de Han Solo y el resto de líderes rebeldes. Recordemos que el carismático contrabandista también andaba en busca y captura, bajo fuerte recompensa, por el tirano Jabba el Hutt, siendo Boba uno de tantos que emprendieron su búsqueda a través de la galaxia.

Lo curioso del tema es que Boba Fett no atrapa a Han, sino que lo hace el mismísimo Vader en Bespin, tras llegar a un acuerdo con Lando Calrissian. Al menos debemos concederle a Boba el chivatazo sobre el lugar en el que se encontraba nuestro contrabandista galáctico favorito. Tras la captura llega la congelación en carbono y, ahora sí, Han pasa a ser custodiado por Boba, que apenas tuvo que mover un músculo para conseguir tan ansiada pieza.

Su participación en la siguiente entrega de la saga, El retorno del Jedi, no es mucho mayor ni significativa. Boba Fett únicamente aparece en los primeros minutos de la cinta, en el palacio del orondo Jabba. Ya sabemos todos cómo, o mejor dicho dónde, acaba el amigo. Mil años de digestión en el estómago del sarlacc… Total, poco más de seis minutos en pantalla con los que tuvo de sobra para ser uno de los personajes más atractivos para los fans.

Si queréis saber más detalles de la génesis del personaje os recomendamos el documental Bajo el casco: El legado de Boba Fett, también disponible en Disney +.

La cosa tiene pues bastante mérito. A pesar de su escasa participación en los films, Boba Fett ha conseguido perdurar en la mente de los seguidores, convirtiéndose con los años en un personaje de culto. Fuera de las pelis, Boba Fett se ha visto mucho más desarrollado en novelas, su serie de cómics propia y en la serie animada de Las guerras Clon. Todo hasta llegar, por supuesto, a su estelar aparición en la segunda temporada de The Mandalorian. Catapulta definitiva para esta nueva serie de Disney+, también escrita y producida por Jon Favreau.

Crítica de El libro de Boba Fett

Boba Fett ha vuelto pues por todo lo alto, protagonizando al fin su propia historia, una que requiere un doble enfoque: por un lado contar cómo escapó de su fatal destino en el interior del sarlacc y su poterior supervivencia; por otro, relatar su toma de poder como nuevo daimyo o señor del crimen de Tattoine. Dos líneas temporales que son los ejes sobre los que se desarrolla la trama de El libro de Boba Fett.

La serie comandada por Robert Rodríguez y el mencionado Favreau mantiene varias señas de identidad que han dado el éxito a su “hermana mayor”  The Mandalorian: una fotografía impecable, unos efectos especiales impresionantes, una banda sonora espectacular, la inclusión de decenas de referencias y algunos personajes viejos conocidos de la saga y una expansión del universo creado por Lucas, más centrado aquí en la polvorientas ciudades de Mos Espa y Mos Eisley y el submundo criminal. Sin olvidar las maravillosas obras de arte conceptual con las que termina cada episodio.

Bajo el casco del cazarrecompensas tenemos al neozelandés Temuera Morrison, quien ya fue Jango Fett hace 20 años. Su principal cometido es llevar a cabo la transición del personaje villano clásico al antihéroe contemporáneo. El Boba Fett que conocimos brevemente en las películas de la trilogía original se vendía al mejor postor por dinero, y el que más dinero tenía en aquella época era el Imperio. Ahora los tiempos han cambiado, el Imperio ha caído, Jabba ha caído, y tenemos a un nuevo Boba que sigue velando por su propio beneficio pero siguiendo un código ético.

A su lado encontramos a Fennec Shand, interpretada por Ming-Na Wen, otrora maestra asesina que aquí ejerce de lugarteniente-escudera de Fett. Ambos personajes están acompañados por una buena nómina de personajes secundarios bastante interesantes como la guerrera Tusken o el wookie Black Krrsantan, amén de cameos y apariciones estelares de las que es mejor no hablar para no estropear deliciosas sorpresas.

Boba Fett establece su base de operaciones en Tatooine y de allí no se mueve. Si en The Mandalorian visitábamos un planeta nuevo cada semana, aquí ahondamos en el planeta natal de los Skywalker, conociendo a fondo el submundo criminal y sus diferentes especies. Muy interesante la mirada hacia los Tusken, tribu beduina tradicionalmente vista como bandidos en la saga, así como a los diversos sindicatos criminales. La variedad de paisajes no vendrá hasta los últimos episodios, con la progresiva “mandalorización” de la serie… y hasta aquí puedo leer.

El libro de Boba Fett es puro Star Wars, regalándonos varios momentos memorables a los fans de la saga. Palidece en varios aspectos si la comparamos con The Mandalorian, y remonta cuando cruza líneas argumentales y personajes con su “hermana mayor”, pero no podemos olvidar que la serie protagonizada por Pedro Pascal es la mejor aportación al universo galáctico de lo que llevamos de siglo. Las aventuras de Boba son siempre entretenidas y aportan multitud de detalles que expanden el lore galáctico. Quizás le falte cierto componente emocional y conexión con el protagonista, cosa que los creadores de la serie podrán seguir limando en el futuro.

“Jabba fue un líder temido, yo seré un líder respetado” – boba fett

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