Análisis primera temporada The Strain

Desde hace algunos años venimos observando como el concepto de terror ha cambiado, como el miedo que provocaban algunas criaturas de la noche ha sido modificado e incluso olvidado por sus propios  creadores. Éste es el caso de los Vampiros.

Sagas  tan conocidas como “Crepúsculo” o “Trueblood” nos han hecho obviar la verdadera naturaleza de estos monstruos al convertirles en seres tan atractivos y deseables que hasta nos plantearíamos transformarnos en uno de ellos. Atrás queda la maldición vampírica, la que  condenaba a vagar oculto entre las sombras de la noche por toda la eternidad y no volver a ver jamás la luz del sol, la que obligaba a alimentarse de la sangre de inocentes y dormir en un tétrico ataúd.

Qué importancia podría tener eso si a cambio se disfruta del  físico de un modelo de ropa interior o de una vida sexual que envidiaría cualquier Playboy del momento. Olvidado el ser maldito, perseguido y odiado sólo ha quedado lugar para historias de amor y chupasangres “vegetarianos”.

Por suerte, esto no es lo que ocurre con “The Strain“. La ficción de la cadena FX creada por Guillermo del Toro ( El Laberinto del Fauno, Blade) y Chuck Hogan basada en la famosa trilogía de La Oscuridad nos ha devuelto a la realidad del clásico mito vampírico. La historia, que comienza con un claro homenaje al Drácula de Bram Stoker, nos habla sobre Abraham Setrakian (David Bradley), un anciano cazador de vampiros que ha dedicado toda su vida a perseguir a “El Amo”, un antiguo demonio de la noche que amenaza con aniquilar la raza humana junto con sus secuaces. Para detenerle contará con la ayuda del doctor Ephrain Goodweather (Corey Stoll), un médico del Centro de Control de Enfermedades alcohólico, que está intentado evitar el divorcio para recuperar a su familia y la de Vasily Fet (Kevin Durand), un exterminador de plagas de la ciudad de Nueva York que mantiene una mala relación con su padre.

The Strain plantea el vampirismo como un virus que hay que erradicar sin piedad y sin vacilación. No hay curas ni plan B, si el sujeto queda infectado sólo hay dos opciones: morir o convertirse lenta y dolorosamente en un monstruo repugnante que irá de inmediato a acabar con la vida de todos sus seres queridos para que corran  con su misma suerte. Y es que aquí hasta el amor tiene su lado oscuro.

La serie, que acaba de estrenar su segunda temporada con nuevas tramas y personajes aún más aterradores, tiene todos los ingredientes necesarios para engancharnos: acción, drama, estupendos efectos visuales y recorridos más que interesantes, transportándonos desde la  actual Nueva York hasta los campos de concentración de la Alemania Nazi, pasando por diversos países de la Europa del Este para poder adentrarnos en el origen de un mal más antiguo que el propio mundo y disfrutar con el desenlace de cada episodio.

También ha contado con excelentes críticas: 87 sobre 100 en Rotten Tomatoes y 7,6 en IMDb; y es que hay que agradecer al brillante Guillermo del Toro y a su visión del género fantástico el recordarnos que si nos encontramos con un vampiro hay que correr en dirección contraria y no a sus brazos.

Fuente Foto: IHDWallpapers.com

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