Love, Death & Robots la serie de la que todo el mundo habla
Hoy tenemos la complicada misión de analizar la compleja serie de animación de Netflix: Love, Death & Robots. Por ello, y sin hacer ningún tipo de spoilers, vamos a volver a realizar una doble crítica entre Víctor Mirete nuestro experto en cine y un servidor.
Nota Filmaffinity: 8.1
Nota IMDB: 9.1
Análisis de Love, Death & Robots por Cristóbal Terrer
Netflix estaba perdiendo parte del crédito que había ido ganando durante todos estos años con series como Marco Polo, Daredevil o House of cards; pero el estreno de esa serie misteriosa (Love, Death & Robots), de la que llevábamos mucho tiempo escuchando cosas, la ha devuelto a la casilla de salida.
Con este espectáculo visual y reflexivo, me han conquistado, y pendiente de ver el ansiado estreno de Watchmen, me aventuro a afirmar que será la mejor serie de 2019, y una de las grandes series contemporáneas de lo que llevamos de siglo.
Olvidados quedan, al menos por un tiempo, los batacazos que ha estrenado Netflix y los continuos tiros en el pie que el gigante en streaming se ha provocado a sí mismo, usando las cada vez más frecuentes cancelaciones como munición.
Con Altered Carbon lograron una estética cyber-punk que todos añoramos ver en la pequeña pantalla, pero terminando en una serie, para mí, insustancial y carente de coherencia narrativa.
Pero Netflix no es de las que abandona y ha recurrido a dos grandes maestros para crear su particular universo de antología que se acerca peligrosamente a Black Mirror, la serie que nació en Channel 4 y que finalmente fue vendida a los americanos y ahora producen en exclusiva.
En Love, Death & Robots encontramos un personalísimo proyecto capitaneado por David Fincher (que ya ha trabajado para Netflix con House of Cards y Mindhunter; y que tiene películas como Seven o El club de la lucha) y Tim Miller (el responsable de la hilarante y maravillosa Dead Pool, una joya que le gana la partida a otros intentos de Marvel).
Ambos, como los buenos capitanes, han sabido rodearse de talento para concebir una serie única, una rara avis que hubiera sido impensable hace unos años. Love, Death & Robots ha llegado en el momento justo, en el momento en que la necesitábamos.
Puedes leer más sobre la producción de la serie en nuestro artículo anterior: Love, Death & Robots. Así que no me detendré mucho en explicar el proyecto, basta con saber que son 18 cortometrajes de corta duración creados por 18 equipos diferentes, en los que dicho sea de paso, hay mucho español trabajando. Episodios repletos de talento, mucho sexo y violencia explícita.
Ingredientes que son marca de la casa del mundo del cómic y la animación pensada para adultos. Lo bueno es que al ser modelos creados por ordenador, no hay que gastar caché en desnudar a los protagonistas, que en su mayoría realizan desnudos integrales al más puro estilo HBO pero a golpe de píxel.
Esta mezcla de estilos y géneros pivotan de nuevo sobre el papel de la tecnología como puerta de entrada a una distopía que está más cerca de lo que pensamos. De ahí las comparaciones evidentes con Black Mirror. La tecnología -o mejor dicho, el mal uso de la misma- nos pueden llevar a lugares muy perturbadores y oscuros.
Aunque si analizamos en detalle la serie, vemos que las diferencias entre ambas series son bastante claras. En Love, Death & Robots, al ser una serie de animación, se exploran otros caminos, que en una serie de acción real serían mucho más complicados. Y en esta nueva serie la tecnología aunque está presente, pero no siempre juega un papel tan evidente.
Por ejemplo, en episodios tan bellos como “Noche de criaturas marinas” o “Devorador de almas” que pasan olímpicamente del tema tecnológico para llevarnos a otro tipo de reflexiones.
Lo bueno de la serie es que la devorarás en muy poco tiempo, si con Netflix nos hemos acotumbrado a tragarnos varios episodios de una tacada, aquí será imposible desengarcharse y no aceptar la recomendación de “ver el siguiente”. Ese botón de Netflix sí que es un arma tecnológica que nos impide desenchufarnos de Matrix y salir al mundo real ¿Pero, a quién le interesa el mundo real con series como esta?
Estilos vemos muchos, y tipos de animación también. Esto es lo interesante de la serie, que en un par de horas el espectador disfruta de la obra de grandes artistas; todos ellos muy diferentes, y se adentra en la vanguardia del mundo de la animación.
Yo soy un admirador de la animación hiperrealista, y desde luego el trabajo que se ha conseguido en algunos episodios como “La venganza de Sonnie“, “Tres robots“, “Más allá de Aquila“, “Mano amiga“, “Afortunados” o “Metamorfosis” es simplemente brutal. Un despliegue técnico sin precedentes y que todavía, a día de hoy, no se ha visto en el mundo del cine.
De nuevo, el talento se pasa al mundo de las series ganándole la partida a la gran pantalla. La televisión es la que marca ahora la tendencia en lo que se refiere a diseño, tramas y nuevos estilos con los que experimentar.
Por otro lado, tenemos otras animaciones mucho más personales y originales como las vistas en historias como “El vertedero“, “Trajes“, “Punto Ciego“o “Zima Blue“.
“Zima Blue” es uno de los episodios más profundos de esta primera temporada, y habla de temas tan importantes como el arte o la inspiración. “Trajes” en cambio, es un estilo mucho más divertido, que nos trae una bonita historia de toda la vida, cargada de acción y sentimentalismo que se ha convertido en uno de los episodios favoritos y que bien podria haber firmado Michael Bay.
No puedo terminar el análisis sin mencionar a dos de los cortos más importantes. Por un lado “Yogur al poder” que con una animación infantil y en tono de humor -bien podría haberla creado Pixar- nos cuenta una historia desgarradora que quizá sea la que mejor resume el espíritu de toda la serie: la ciencia es buena, pero puede ser peligrosa. Lástima que sea éste, uno de los cortos de menor duración de todos.
Por otro lado, “Buena caza” el único guiño al anime japonés que tanta culpa tiene de que series como Love, Death & Robots puedan existir; y que al igual que “Yogur al poder”, nos habla de forma explícita sobre los peligros del progreso. Y esto lo hace con una historia que avanza desde la época feudal hasta una especie de realidad ucrónica plagada de seres mecanizados que se sublevan en favor del empoderamiento de la mujer, no se pueden tocar más temas de rabiosa actualidad en tan poco tiempo, ni tan poco con tanta maestría y belleza visual.
Pero, para mí, sin lugar a dudas el mejor episodio de toda la serie es “La testigo“, por lo vanguardista de la animación, a medio camino entre el CGI y la imagen real con un evocador y explícito recuerdo a las viñetas de la novela gráfica. Y por otro lado, y retomando el argumento del principio, por la historia. Ambientada en esos mundos cyberpunk previos a lo que sería el mundo de Scott en Blade Runner, nos encontramos con una historia inquietante, que se desarrolla sin previo aviso y con un final abierto que se ajusta a los cánones de lo que todo buen cuento o relato corto debe ofrecer. Para mí, de lo mejor que he visto en lo que llevamos de siglo.
Love, Death & Robots ha revolucionado el mundo de las series, todavía hay mucha gente que no se ha asomado a esta obra maestra aunque con el paso de los segundos, los mentideros catódicos están más llenos de análisis y reflexiones.Y ya he visto miles de listas y ránkings con los mejores episodios. Esto sí que es un spoiler, jamás la humanidad se podrá de acuerdo en elegir al mejor.
Love, Death & Robots marcará el rumbo de la animación y nos muestra las nuevas tendencias y vanguardias del género al tiempo que nos hace divertirnos y reflexionar sobre aspectos fundamentales. Algo parecido a lo que vimos en su día con la animación de Animatrix, que revolucionó el género para ampliarnos los límites del universo creado por las ahora Hermanas Wachowski.
Para cerrar, y a la espera de que se estrene la nueva temporada de Black Mirror este 2019, volver a comparar ambas series, que incluso tienen un opening muy similar con ese ruido de una máquina a punto de colapsar.Seguro que no ha sido casualidad.
Netflix no suele dar puntadas sin hilo y hay que decir que ya está del todo claro que se quiere posicionar como la gran referencia en el mundo de la animación y la ciencia ficción. Prueba de ello son series como la mencionada Altered Carbon, el relanzamiento de la nueva era de Star Trek, la adquisición de estudios de cómics independientes para poder producir sus propias historias sin depender de nadie (no miro a nadie Marvel) y las próximas adaptaciones en imagen real de dos clásicos como Cowboy Bebop y The Witcher.
Como decía Charlie Brooker (creador absoluto de Black Mirror): “Cada episodio tiene un tono diferente, un entorno diferente, incluso una realidad diferente, pero todos son acerca de la forma en que vivimos ahora y la forma en que podríamos estar viviendo en 10 minutos si seguimos actuando de forma torpe”.
Análisis de Love, Death & Robots por Víctor Mirete
Si consigues reponerte del adrenalínico trailer sin convulsionar ni echar espuma por la boca y te sumerges de lleno en la serie, de repente entrarás en esta elegantemente soez, atrevida y ecléctica antología de 18 cortos de animación que acaba de lanzar Netflix.
LD+R es toda una orgía visual. Puede que sea de lo más original que se haya visto últimamente en esta plataforma, incluso contando con otras series antológicas recientes de NEtflix como Black Mirror, La balada de Buster Scruggs o incluso Electric Dreams (Amazon Prime), etc… No solo añade como nota diferencial un nivel digital poderoso y variopinto, mezclando con todo lujo de matices y recursos el tradicional 2D y el 3D con realismo CGI; sino que juega con fluidez con el humor, la violencia, el Gore y la distopía de una forma adictiva, colorida, trepidante y enérgica.
Por lo que sea, me han venido a la memoria célebres antologías del pasado como The Twiligh Zone o The outer limits, convertidas en producciones de culto del género en su día.
No es que Love Death + robots vaya a tener el descaro de convertirse en algo de culto, pero sí tiene algo que despierta el interés, y, aunque sin decir mucho en cada capítulo, todos ellos en conjunto muestra una capciosa alegoría de la realidad, de la humanidad, del pasado, del presente y del futuro. Y lo cierto es que lo hacen en todos los formatos posibles de la animación, dejándonos en esa amalgama de episodios verdaderas maravillas como ‘La Testigo’, ‘Zima Blue’, ‘Tres Robots’ o ‘Mano amiga’.
Y es que en la suma de este producto hay algo o mucho de cultura popular actual, y de denuncia a modo de advertencia, sin menoscabar el ingrediente del mero entretenimiento visual que supone cada capítulo; como bien podría pasar en cualquier videojuego de la Xbox o la Play Station. ¿No os recuerda el logo de la serie a algo?
El guión está minado de paradojas, de alegorías, de giros y de metáforas que cabalgan bastante bien con una línea visual fascinante e hipnótica. Cada plano, fotograma y escena son un alarde de trabajo de diseño, de fotografía digital y de dirección.
Además, el hecho de que cada número de la colección dure entre 5 y 15 minutos es sin duda un acicate para mordisquear uno tras otro el pastel hasta devorarlo por completo en una sobremesa. De pronto te quedas con una sensación de satisfacción por haberte comido toda una temporada en menos de lo que dura la siesta de tu hija pequeña. No acabas empachado, pero sí saciado, cosa que pocos postres consiguen.
¿A quién encontramos detrás de todo esto? Pues seguramente a un sin fin de técnicos y diseñadores digitales comandados por dos portentosos genios del séptimo arte: Tim Miller (Deadpool, Terminator: Dark fate, etc…) y David Fincher (Mindhunter, House of cards, etc…).
Juntos han creado y realizado un producto asombroso, convincente y muy personal. Se nota cuando un creador se abstrae del alrededor para dedicarse a fabricar sus sueños a través de la pasión, la incontinencia creativa y el trabajo en equipo.
Con esos mimbres, trasladan esa fuerza inspiradora que embriaga al espectador en cada episodio, porque sin acabar de reponerte del anterior, de repente entras en faena en el siguiente, donde te cuentan una historia con la misma velocidad, surrealismo y sugestividad.
En esa mezcolanza subversiva, estimulante y descarada encontramos situaciones tan dispares y asombrosas como un yogurt que se apodera del planeta, una videoconsola y una babycam evolucionadas que hacen una ruta turística por el fin de la humanidad, un asesino que es testigo de su propia muerte, un monstruo de vertedero que se come a la gente, las seis formas más absurdas de morir de Hitler y su influencia en el fin del mundo, o la historia de la humanidad contada en bucle desde un congelador…
Idea y ejecución muy notable en este juego de sexo, muerte y robots, en donde cada final de capítulo es una moraleja, y la suma de todas ellas es: ¡Vamos a morir todos!
Tráiler Love Death & Robots
Soy Cristóbal Terrer y estoy licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas. Actualmente trabajo como profesor de marketing y en mi tiempo libre escribo novelas de ficción. Además, presento un podcast sobre cine y realizo fotografías artísticas.
Maldita sea… empiezo a desear días de 48 horas….
[…] Una auténtica joya para los sentidos que ya puedes ver en Netflix, y que Cristóbal Terrer nos analiza en profundidad y sin ningún tipo de spoiler (seña de identidad de Seriemaniac) en el artículo original que ya puedes encontrar en su blog: Análisis en profundidad de la serie Love, death & Robots. […]
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