7 presentaciones inolvidables de personajes en la historia del cine
La presentación de un personaje es un momento esencial en una película. Este encuentro con el héroe o villano del film no sólo representa la primera imagen que el espectador tiene de él, sino que también es un momento clave para transmitir información fundamental sobre sus características más relevantes, su pasado o dar pistas sobre su devenir.
En la historia del cine, algunos directores han construido presentaciones icónicas para sus protagonistas. Es por ello que, a continuación, analizaremos algunas de las más inolvidables:
Ethan Edwards – The Searchers
En The Searchers (Centauros del desierto, 1956), la vuelta a casa de Ethan Edwards representa el inicio del film. Lo notable en esta escena es que John Ford nos sitúa desde la perspectiva de Martha (personaje interpretado por Dorothy Jordan), la esposa del hermano de Ethan y su amor silencioso. Lo primero que vemos en este western es una puerta que se abre (será la misma que en el final se cierra), la silueta de esta mujer y el inmenso e icónico Monument Valley.
Luego de ello, y a través de un sutil movimiento de cámara, vemos a lo lejos a Ethan Edwards, vestido con el uniforme del ejercito sudista, quien atraviesa el desierto con un tranco lento y pesado. A partir de esta presentación, Ford nos muestra a un personaje solitario que ha vagado por el desierto y que carga en su espalda con la derrota de la guerra.
Harry Lime – The Third Man
En The Third Man (El tercer hombre, 1949), el director británico Carol Reed realiza una de las introducciones de personajes más icónicas de la historia del cine. Durante los primeros 65 minutos de este film noir, la trama gira en torno a la muerte de Harry Lime y a la investigación que lleva a cabo su amigo Holly Martins (Joseph Cotten).
Pero luego, un borracho Holly descubre, ayudado por un gato que maúlla y por la luz que encienda una enojada vecina, al misterioso y escurridizo Harry bajo el marco de una puerta. La sonrisa pícara de Orson Welles, el rostro atónito de Cotten y la música de Anton Karas forman una escena memorable.
Frank – C’era una volta il West
En C’era una volta il West (Hasta que llegó su hora, 1968), Sergio Leone planificó toda la presentación del personaje de Frank con el objetivo de horrorizar al público norteamericano al demostrarle que el representante de todos sus valores positivos como nación, Henry Fonda, era capaz de masacrar a una familia completa.
Por ello, al ingreso de Frank y su grupo de asesinos a escena, le precede un tiroteo que desemboca en el asesinato de McBain (Frank Wolff) y de sus dos hijos mayores. Para terminar de completar la descripción del personaje de Fonda, este asesina a un niño sólo porque uno de los de su banda menciona su nombre, lo cual estará relacionado con el enfrentamiento final con el personaje de Charles Bronson. Esta escena de presentación, debido a los movimientos de cámara y a la música de Ennio Morricone, es quizás una de las mejores presentaciones de un villano en la historia del cine.
Frank Sheeran – The Irishman
La presentación más recordable que ha realizado Scorsese a lo largo de su carrera es, sin dudas, la de Goodfellas (Uno de los nuestros, 1990). Allí, Ray Liotta, personificando a Henry Hill, pronuncia su mítica frase: “Desde que tengo memoria he querido ser un gángster”.
Sin embargo, el largo plano secuencia por una residencia de ancianos que introduce a Frank Sheeran en The Irishman (El irlandés, 2019) está llamado a ser uno de los mejores en la filmografía del director italoamericano. En el recorrido por ese espacio, se pueden observar elementos que representan todas las temáticas que luego descubriremos que abordará el film: figuras religiosas del catolicismo (el arrepentimiento), familias (lo que perderá Frank por sus acciones) y dos aspectos claves del film: el poder (representado por el anillo) y el tiempo (representado por el reloj).
Scorsese también presenta el asesinato de Hoffa a través de un flashback luego de que Sheeran señale que él “pintaba casas”. Como se ve, una escena de presentación que resume por completo a un personaje y a una película.
L.B. «Jeff» Jefferies – Rear Window
En la presentación de Jeff, el protagonista de Rear Window (La ventana indiscreta, 1954), Hitchcock hace una descripción detallada de todos los elementos que serán determinantes a lo largo del film.
Al igual que Zemeckis lo haría 30 años después en Volver al Futuro, el director británico le otorga, en los primeros minutos del film, una buena cantidad de información al espectador para que comprenda las circunstancias del personaje y su punto de vista.
Es por ello que, sólo a través de movimientos de cámaras, podemos ver a Jeff en su silla de ruedas, su pierna rota, las circunstancias en las que se produjo su accidente, su trabajo y la ola de calor que azota a la ciudad. También conocemos su ubicación en el vecindario y nos brinda una primera mirada sobre el resto de los habitantes del lugar. Una excelente manera de introducir a los espectadores en una historia sin utilizar voz en off ni diálogos.
Charles Foster Kane – Citizen Kane
Al comienzo de Citizen Kane (Ciudadano Kane, 1941) Orson Welles introduce dos aspectos notables. Por un lado, lo primero que ve el espectador es el cartel que impide el paso, lo cual será una contradicción con todo lo que se busca en la película: traspasar todos los límites para conocer la verdad última del protagonista. Por el otro, que la introducción del personaje es al mismo tiempo su despedida.
Paradójicamente, la única vez que vemos al personaje vivo es cuando pronuncia la frase que será el leit motiv de la película y cuando muere. Luego de ello, las apariciones de Kane serán representaciones que provienen de los recuerdos de aquellos que, en algún momento de la vida, convivieron con él. Una introducción que funciona de una manera notable y que genera una intriga que sólo el espectador descubrirá en el final de la película.
Joe Gillis – Sunset Boulevard
Sunset Boulevard (El crepúsculo de los dioses, 1950) comienza como muchos otros films noir de la época: una voz en off que narra la llegada de fuerzas policiales a la escena de un crimen. Posteriormente, se comienzan a introducir nuevos detalles al relato y el narrador señala que el crimen se produjo en un barrio residencial de Los Ángeles y que la responsable es una vieja estrella del ámbito cinematográfico.
Hasta allí, no habría nada diferenciador en el film de Billy Wilder. Sin embargo, cuando la brigada de policías llega a la mansión, la cámara los acompaña y vemos lo revolucionario de esta escena: la voz en off es la de Joe Gillis (William Holden), quien resulta ser la víctima del crimen y que yace muerto en la piscina. Es decir, el punto de vista desde el cual se narra la película es el de una persona que ya falleció y que decide contar su historia para que, en sus propias palabras, no se tengan en cuenta las distorsiones de los columnistas de Hollywood. Billy Wilder y un humor negro a tope para una introducción sin precedentes en el cine de su época.
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