Crítica de Sin límites: la expedición que cambió el mundo
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La mayor gesta marítima de la historia sale esta vez desde puerto de Amazon Prime
Recordemos a esos estudiosos de la historia que el cine y la televisión no pretenden hacernos licenciados en esa materia. No nos convalidarán la carrera universitaria viendo cine basado en hechos históricos. El séptimo arte o las series, tienen un fin sobre todo lúdico, que puede ser educador o instructivo, pero lo que siempre busca es entretener, sea en la forma y manera que sea.
Sin límites no es un documental sobre la gesta marítima de Fernando de Magallanes o Juan Sebastián Elcano. Es una serie de televisión que se nutre de esa historia y como tal licencia y dramatiza a su entender. Los libros están donde están, para leerse y para estudiarse. Las series y las películas están donde están, para verse.
Dicho esto, sin pretender sentar cátedra, pues soy el más ignorante de cuantos navegan estas aguas, creo que en Sin límites el trabajo de dirección (Simon West) es muy bueno y la calidad de producción de un nivel altísimo, para lo que estamos acostumbrados a ver en este tipo de series españolas.
Por tanto, en estos seis episodios que propone Amazon Prime para contarnos esta hazaña española portuguesa, tendremos una corriente revisionista de la historia que no mancilla, a mi juicio, la historia real conocida.
No en vano, este tipo de series no documentalistas lo que incitan es a que en nuestra mente reformulemos conceptos ya estudiados. La historia siempre la cuenta los vencedores, pero cada uno de nosotros tiene su propia historia de los hechos.
Y es que lo desconocido es un mar tan inmenso, que solo puede descubrirse o conquistarse a través de aquellos que son capaces de enfrentarse cara a cara con la incertidumbre y las inclemencias del más allá. El mundo es lo que es gracias a aquellos que fueron capaces de surcarlo, poniendo en riesgo su propia vida.
Pese a que el dinero y el poder siempre marcan el rumbo de estas valientes gestas, la historia que propone Amazon nos habla de honor, de lealtad, de traición, de humanidad, de racismo, de la integridad, del sacrificio, de la entereza, de la camaradería… del bien y del mal. Porque el ser humano es capaz de ambas cosas, a la misma vez.
Amazon Prime no pierde el rumbo en ningún momento con Sin límites
Hernán, El Cid y ahora Sin límites. Amazon Prime se ha vestido de época y ha asumido la empresa de contarnos la historia española a través de los grandes acontecimientos. Comenzó muy bien con el Hernán Cortés de Óscar Jaenada; bajó un poco el listón con El Campeador de Jaime Lorente. Pero, con el Magallanes y Elcano de Rodrigo Santoro y Álvaro Morte ha conquistado un territorio muy firme.
La ambientación y la fotografía, junto con el diseño digital tienen muchos fundamentos. Poco habría que enviarle a producciones anglosajonas. La calidad visual de esta miniserie de seis episodios e muy solida, y el trabajo de dirección de Simon West (Con Air, La hija del general o Los Mercenarios 2) es tremendamente acertado.
Una travesía e casi tres años narrada con mucho ritmo y mucha épica en apenas 5 horas y media. Hay que poner en valor el condesando guion, capaz de dejarnos con la sensación de haberlo contado casi todo, dejando tantísimo en el tintero.
Quizá la buen trabajo con el diseño de los personajes y la fuerza con la que cada uno de los actores ha afrontado el suyo hayan ayudado bastante para que esta historia no encalle ni naufrague en ningún momento.
Rodrigo Santoro (Fernando de Magallanes) está realmente convincente. Su mirada, su gestualidad y su voz gozan de una fuerza y credibilidad inusitadas. Álvaro Morte (Juan Sebastián Elcano), el profesor de La casa de papel, es el Elcano que muchos necesitábamos.
El resto de la tripulación (Sergio Peris-Mencheta, Adrián Lastra, Pepón Nieto, Carlos Cuevas, Raúl Tejón, Gonçalo Diniz, Manuel Morón, Bárbara Goenaga, Niccolò Senni, entre otros…) está conformada por habituales y no tan habituales de le escena televisiva española. Todos y cada uno de ellos cumplen a la perfección su cometido. No hay nada que objetar, ni sobran ni faltan.
Si bien, una pequeña pega sea el sonido. Aunque el sonido ambiental y el soundtrack es el apropiado, los diálogos a veces no están todo lo pulidos que debieran a nivel sonoro. Al menos esa ha sido mi apreciación. Lo cual no resta demasiado valor a una producción que se cuela en mi lista de top del año.
