Aitor Gabilondo y Félix Viscarret han resuelto esta adaptación de Patria con todos los honores

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Con el estreno de la serie Patria, la expectación y expectativas generadas desde hace meses quedan notablemente satisfechas con esta serie de HBO España y Alea media.

Tras tres años de espera desde su anuncio en 2017, millones de ejemplares vendidos de la novela homónima, un preestreno en el festival de San Sebastián 2019, un estreno mundial aplazado por una pandemia y tres sobrecogedores teasers, La vaca sagrada de HBO España se ha estrenado.

‘Eta ha decidido dejar de matar’.

El primer y segundo capítulo de ocho que va a lanzar la cadena de TV que hizo de las series una producción de prestigio, son la puerta abierta para ocho semanas, ocho domingos, en los que volveremos a vivir en primera persona el problema vasco, la sin razón y el dolor de unas familias que tuvieron que vivir en el silencioso horror.

Ya le hemos puesto nombre a esa mujer que sujetaba a su moribundo marido bajo un manto de lluvia o a ese preso torturado y desnudo ante la indiferente mirada de los policías. Ahora toca vestir su historia, como ya lo hizo el autor de la novela que en 2016 leyó e impactó a casi todo el mundo.

Pese a que Fernando Aramburu no participa del guion televisivo, su narrativa está intacta. Aún con las lógicas licencias que requiere el cambio de registro y formato, puede estar inmensamente orgulloso de cómo su laureada novela ha llegado a la pequeña pantalla. Y también debe estarlo el pueblo vasco, puesto que estas serie ha sido creada, rodada e interpretada por ellos. Y eso se nota en la veracidad de los hechos, de los actos, de las miradas y de los sentimientos.

‘Esta historia no es real, pero sí ha existido’.

La producción de calidad se nota. Desde su corta pero estimulante introducción ya ves esa firma de calidad. Esta primera incursión made in Spain en HBO llega con autoridad y solidez, uniéndose a los productos de prestigio españoles que estábamos viendo únicamente en Movistar+. Gigantes, La línea invisible, La Unidad, etc…

Puedes leer otras críticas de Víctor Mirete haciendo clic en el enlace.

La época y el lugar, fusionando las líneas temporales con tremenda fluidez y sutileza, están recreados con respeto, con exactitud y con un lenguaje visual de casa, pero no casero, utilizando un tejido gris y neblinoso que acompaña a una fotografía la cual navega desde los encuadres cortos a los largos ofreciendo varios puntos de vista secuenciales simultáneos para despertar peligro, tensión y drama en todo momento.

Se nota cuando la cámara está dentro de la escena. El realismo y el oxígeno de rodaje lo comparten actores y operadores de cámara al unísono. La sugestiva música y el montaje carnal ayuda a que todo se envuelva en una atmósfera de dramaturgia operística que sacude el alma, la mente, el corazón y la piel.

‘El silencio es un escudo en esta historia pero también infecta las heridas’.

El silencio es otro encuadre esencial de la serie. Planos en donde quien habla son las miradas. Las cámaras estudiadamente colocada orbitan en cada secuencia, demostrando que las escenas han requerido de tanto ensayo como espontaneidad, viendo en ellas a veces contención emocional y otras explosión.

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¿Pero qué nos cuenta Patria?

No nos habla de ETA. Nos habla de familia, de pueblo, de distancia y de cercanía. De cómo el conflicto Vasco impactó sobre la gente de a pie. De cómo vivieron y sufrieron con un drama que se apoderó de la vida social de varias generaciones. Sin equidistancia pero sin pretensiones amarillentas, ni búsqueda de linchamiento.

‘Tú tienes tu cárcel, y yo la mía’.

Patria no diferencia entre criminales, víctimas o héroes con subjetividad. Esta historia se preocupa por darle a cada personaje su propia existencia, su propia causa y consecuencia. La vida de todos nosotros tiene la misma cantidad de luz como de dolor, la misma carga de perdón como de condena, la misma condición de víctima. Todos somos víctimas

La historia no se puede ni se debe borrar. No podemos correr el riesgo de que los actos humanos se olviden. Libros y series como Patria no sólo están para la ficción, sino para enseñarle a la gente joven lo que no debe pasar, o para recordarle a los más viejos lo que pasó, y viceversa.

En resumen, hay que buscar la reconciliación entre nuestro pasado y nuestro presente. Pese a la controversia que suscitaron los carteles promocionales y avances, yo no veo sensacionalismo alguno en ellos o la serie. Lo que veo es de alguna forma un homenaje a la historia.

Una serie o película significa imagen, y un libro palabras. Las imágenes cuentan lo mismo que la palabra, trasladan lo que nuestra imaginación ve, a la vista. Por ello no deberíamos alarmarnos. De igual modo que hemos aplaudido el arte que se ha expresado retratando el holocausto con toda su crudeza o cuando hemos visto fotografías de niños varados en orillas de playa, debemos hacerlo con esta serie que pone sombra, luz y color sobre un problema que a buen seguro fue más sangrante y deleznable en la realidad que en la ficción.

Patria es la serie española del momento, y puede que acabe siendo la mejor serie dramática nacional del siglo hasta ahora. Veremos qué sucede los próximos dos meses hasta que pongamos final a este principio.

Tráiler de Patria

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