Crítica de Barry: ¿Podemos cambiar?

Artículo escrito por:
Víctor Pérez Cañete

Se está acabando una era en la televisión moderna. Series como Better Call Saul, Peaky Blinders u Ozark nos dejaron en 2022. Este año ha sido el turno de Succession, Ted Lasso y La Maravillosa Señora Maisel. Y próximamente llegará el momento de decir adiós a dos emblemas de Netflix, The Crown y Stranger Things. La primera “edad de oro” de las plataformas está despidiendo a sus máximas representantes. Y entre ellas está Barry, que, si bien ha gozado de gran aclamación crítica, se ha quedado en una serie de nicho.

Barry llegó en 2018 de la mano de Bill Hader y Alec Berg, siendo Hader protagonista, director, guionista y productor de la misma. Lo hizo con la etiqueta de ser la producción de uno de los humoristas del mítico Saturday Night Live, pero rápidamente se probó como una serie con voz propia.

La historia de Barry, que se centra en un sicario que descubre su pasión por el mundo de la interpretación, es ante todo una comedia, pero con una gran destreza para irse al drama y tocar temas realmente interesantes. Cuestiones que alzan a la serie como algo único dentro del reciente panorama televisivo.

Serie Barry

Barry: cambiar y ser redimidos

Tras la emisión de su último episodio, “wow”, queda más claro que nunca lo que Barry nos ha querido contar. Si nos remontamos a sus inicios, la serie de Bill Hader manejaba los temas dramáticos de una forma más latente, pero una vez avanzó en su historia lo mostró todo sin pudor.

El eje sobre el que gira la serie es el cambio. La posibilidad, si la tenemos, de evolucionar y convertirnos en alguien mejor de lo que somos en el presente. Todos y cada uno de los personajes de la serie tienen este leitmotiv presente en sus tramas. Sobre todo en el caso de la pareja protagonista, Barry y Sally, quienes intentan dejar atrás vidas traumáticas a través del mundo de la interpretación. Caso especial es el del personaje de Sarah Goldberg, que está brillante en el que posiblemente sea el arco más demoledor de la serie.

Y la reflexión que deja Barry sobre el cambio es más bien triste, pero también humana y sincera. Al final, hasta que no aceptemos quiénes somos, nos haremos daño a nosotros mismos y a la gente que nos rodea. Eso conlleva aceptar las partes malas de nuestro ser, hasta las más oscuras. En Barry hay mucho negro en los protagonistas. Y su intento de convencerse a sí mismos de que no es así lleva a los personajes hacia las situaciones más dramáticas posibles. Viven en una mentira constante.

Si bien esta es la cuestión fundamental de la serie, Barry también se plantea otro asunto que, aunque se haya tratado en otras producciones, es igual de importante: la redención. ¿Es posible obtenerla? ¿Hay posibilidad de ser perdonados por nuestro pasado? Bill Hader da respuesta a estas preguntas de forma contundente. En el mundo de Barry las acciones tienen consecuencias. Si eres malvado, como es el caso del protagonista, tarde o temprano tendrás tu merecido.

Serie Barry

Serie Barry: el dardo a Hollywood y la ironía definitiva

Mucho se ha hablado de los últimos minutos y el final de Barry. Depende de a que crítico o espectador leas, la interpretación y recepción es totalmente distinta. Reconozco que en un primer momento la escena final no me dejó muy satisfecho, que no tanto el último episodio, pero una vez reposada encaja a la perfección con todo lo que arrastra la serie desde su episodio piloto.

El punto más obvio tiene que ver con una crítica directa a Hollywood y a cierta clase de películas. Esas en las que se romantiza a quién no se debería y en las que los conceptos de héroe y villano son realmente peligrosos. No es nada nuevo que en la serie Barry se lancen dardos a la industria, aunque parece que algunos lo hayan descubierto ahora.

Mediante su hilarante comedia y los personajes de Gene (Henry Winkler), Barry y, sobre todo, Sally, la serie de HBO nunca se ha cortado a la hora de retratar ciertos aspectos del Hollywood actual. Lo hizo en la tercera temporada, con una divertida (y más real de lo que parece) crítica a las plataformas y su modelo de producción y cancelaciones. Y, por si fuera poco, también se abordaron temas como la cultura de la cancelación o lo efímero que puede ser el éxito en la ciudad de las estrellas.

Con todo esto Barry lanza unos últimos instantes en los que, puya a Hollywood aparte, hay una ironía dolorosa que cierra a la perfección la historia de la serie. Los malvados se convierten, a ojos de todos, en los héroes que siempre quisieron ser. Barry será recordado como siempre quiso. ¿La pena? Jamás podrá verlo. Porque dentro de su victoria hay algo de justicia. La serie ya lo dejó claro en otras ocasiones: no hay salvación posible para Barry.

Puedes leer todas mis reseñas y críticas en esta sección: Víctor Pérez Cañete.

Tráiler Barry temporada 4

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