La pura realidad de Joaquín Gómez
Seriemaniac ha tenido acceso al rodaje del cortometraje La pura realidad. (Vita Brevis Producciones). El nuevo trabajo del cineasta y dramaturgo Joaquín Gómez. Grabado durante un fin de semana en la mítica Casa de los Coy de Mula. Cuenta con Miriam Díaz Aroca y Cristina Alcázar como protagonistas.
Una oportunidad única para descubrir cómo se hace cine de calidad. Cine desde dentro. Lo complicado de orquestar a un equipo humano, el cual, solo trabajando de forma afinada podrá obtener el éxito. Para mí, amante confeso del séptimo arte, siempre es un gustazo acercarme a los entresijos de un rodaje, descubrir como la tramoya se convierte en una historia que contar, desenmascarar al genio que mueve los hilos tras la cortina.
Sinopsis de La pura realidad
Una madre invita a su hija a casa con el pretexto de transmitirle sus inquietudes respecto a la muerte, pero la invitación oculta una confesión inesperada. Una bonita reflexión en tono de humor que reivindica el derecho a una muerte digna y la importancia del cortometraje como formato artístico.
Actualmente La pura realidad se encuentra en fase de postproducción, así que os iremos contando todas las noticias relacionadas con él conforme vaya avanzando en las siguientes fases. Como siempre, podrás leerlo en nuestra sección: Proyectos made in Murcia. De momento, una vez accedido a un primer visionado os dejamos nuestras impresiones.
Cine en estado puro
La pura realidad es una inmersión en el cine, cine en estado puro. Sí. El corto es cine. No solo porque así se reivindicara —por fin— en la pasada edición de los Premios Goya 2023, sino porque representa un formato fresco e innovador, no sujeto a las ataduras comerciales de los largometrajes que compiten por las grandes salas. Desligado ya de la asociación incorrecta con el cine amateur, el cortometraje se ha convertido en una plataforma que no entiende de corsés, propicia para desplegar el talento y la innovación que cada vez cuesta más encontrar en el cine y otros formatos.
Por eso, Joaquín Gómez emplea el cortometraje La pura realidad para tratar un tema importante: la eutanasia. Concepto que solo parece esgrimirse con vehemencia durante las elecciones, cayendo en el olvido en los meses posteriores.
La ley de la eutanasia es algo por lo que deben luchar las sociedades. Porque aquí estamos hablando de libertad. Libertad para los ciudadanos, libertad para dignificar nuestras vidas, incluso en nuestro momento más trágico.
En La pura realidad, se afronta el tema empleando el humor como vehículo para reflexionar sobre muchas cosas. El humor castizo y cotidiano de la pareja protagonista ayuda a que el espectador entre desde el comienzo en el juego planteado por su director.
Como el avión que nos ponían en la boca para comer la papilla, la comedia ayuda a afrontar cualquier tipo de situación. De hecho, es un género terriblemente complicado; el espejo que siempre devuelve un reflejo exagerado de nuestra realidad, de nuestras miserias como sociedad.
En La pura realidad, una madre (Miriam Díaz Aroca) llama a su hija (Cristina Alcázar) para explicarle algunos de los posibles gastos de su sepelio y, de paso, mientras intentan devorar un flan, convencerla para que le consiga un medicamento empleado en la eutanasia.
La llamada, inofensiva en un principio, supone en realidad un grito de auxilio, de desesperación. Como el hombrecillo de Münch que miraba con angustia los horrores del nuevo siglo. La eutanasia es un tema serio, que por lo tanto debe tratarse con mucho humor; además, de forma sostenible en el tiempo. Merece una reflexión importante por parte de todos: ciudadanos, políticos e instituciones.
Las actrices están sensacionales. Creíbles, naturales y divertidas. Soportan todo el peso narrativo del cortometraje y nos regalan una escena cotidiana y casera con la que muchos nos sentiremos identificados. Miriam Díaz Aroca tira de tablas para construir un personaje del que muy rápido nos enamoramos. Su actuación es simplemente perfecta.
Todo encaja magníficamente en el corto. Un montaje perfectamente medido, acompaña a esa sensación de in crescendo que el espectador va percibiendo. La música, seña de identidad de Joaquín Gómez, seleccionada con acierto, con esas melodías que nos recuerdan a trabajos anteriores, como es el caso de Ranchera. El diseño de producción resulta tan brillante como convincente.
Unos primeros compases almodovarianos —el propio director se ríe de sí mismo con guiño incluido al director manchego— nos transportan a una situación compleja y dramática. De ahí, pasamos a un giro inesperado a través de un ejercicio de metacine (un regalo para los que siempre disfrutamos con la caída de la cuarta pared) que esconde una nueva reivindicación. Hasta aquí puedo leer…
El cortometraje La pura realidad supone la consagración de un director que lleva tiempo haciendo muy bien las cosas. Sus textos son ágiles y maduros. No sobra ni falta una coma. La realización es sólida y nos recuerda al verdadero cine. A ese que escapa de las ataduras y que ansía la libertad. Una oportunidad inmejorable para no olvidar que el corto es una manifestación artística potente y esencial: es libertad.
Imágenes del making off
