The Set-Up: la última batalla de un boxeador

El deporte es una fuente inagotable de historias. El cine, desde sus comienzos, entendió el valor del deporte y de los deportistas y, es por ello que, existen cientos de películas sobre ámbitos tan diversos como el fútbol, el fútbol americano, el rugby, el beisbol, el básquet, el atletismo, el tenis y, particularmente, sobre boxeo. Sin lugar a dudas, el boxeo es el deporte más cinematográfico que existe. Hoy compartimos las mejores películas de boxeo que puedes ver.

El boxeo como género cinematográfico

La pregunta que surge aquí es: ¿Por qué los directores y los productores han trasladado a la gran pantalla tantas historias relacionadas con el boxeo? Existen múltiples respuestas a este interrogante. Una de ellas puede ser la complejidad de las historias de vida que atraviesan a la gran mayoría de sus deportistas.

Otra de ellas puede ser lo fácilmente comprensibles que son sus reglas y la percepción del espacio por parte del espectador. Una tercer posible respuesta puede ser el sórdido ambiente de mafia y apuestas que rodea al espectáculo.

Si observamos las películas sobre boxeo que se realizaron en los últimos 100 años, se pueden agrupar en tres categorías: el camino hacia el éxito, el ascenso y la caída y el ambiente delictivo que rodea al boxeo.

Películas que analizan la trayectoria

En la primera categoría, las películas hacen un análisis pormenorizado de la dificultosa trayectoria que atraviesa un boxeador hasta alcanzar el éxito deportivo.

Algunos ejemplos son el cambio total de vida que atraviesa el problemático Rocky Graziano en Marcado por el odio (Somebody Up There Likes Me, Robert Wise, 1956), el ascenso desde las calles del simpático James Corbett en Gentleman Jim (Raoul Walsh, 1942) y Rocky (John G. Avildsen, 1976).

Paul Newman en Marcado por el odio
Paul Newman en Marcado por el odio

Películas sobre la caída a la lona

En la segunda categoría, las obras no solo narran el complejo ascenso de los boxeadores, sino que también se cuentan las razones de sus caídas en desgracia. En este grupo, la película que resalta es Toro Salvaje (Raging Bull, Martin Scorsese, 1980). Allí, en primer lugar, se puede observar como Jake LaMotta salta de los barrios bajos de Nueva York hasta la cima al alcanzar el campeonato mundial de su categoría. Sin embargo, posteriormente observamos su caída debido a su compleja y violenta personalidad que le hace perder tanto en el ámbito deportivo como personal.

Otra película que puede entrar en este grupo es la emotiva Million Dollar Baby (Clint Eastwood, 2004). A diferencia de Raging Bull, es una enfermedad la generadora de la desgracia que atraviesa la protagonista.

Películas sobre lo extradeportivo

En el tercer grupo, se encuentran las películas que hacen énfasis en el complejo mundo extradeportivo que habitan los boxeadores durante su trayectoria profesional. En todas estas obras, el dinero es el factor desencadenante de las desgracias que atraviesan los protagonistas.

En este grupo podemos encontrar películas como Más dura será la caída (The Harder They Fall, Mark Robson, 1956) y Cuerpo y alma (Body and Soul, Robert Rossen, 1947). En la primera, se explora la corrupción de los agentes y su relación con el periodismo, mientras que, en la segunda, se analiza la transformación de un boxeador y su paulatina pérdida de ética y moral.

Robert de Niro en Toro Salvaje
Robert de Niro en Toro Salvaje

Nadie puede vencerme (The Set-Up): una película fuera de lo tradicional

Robert Wise

Por fuera de todos los cánones establecidos está The Set-Up, película estrenada en 1949. Esta obra, que en España tuvo el título Nadie puede vencerme, fue dirigida por Robert Wise quien era, hasta el momento uno de los más reconocidos directores dentro de las producciones clase B de la RKO Pictures.

En ese ámbito, realizó grandes películas de género como El ladrón de cadáveres (The Body Snatcher 1945), Nacido para matar (Born to Kill, 1947), Entre dos juramentos (Two Flags West, 1950) y La ciudad cautiva (Captive City, 1952). Posteriormente, daría el salto a las grandes producciones y filmaría obras maestras como Ultimátum a la Tierra (The Day the Earth Stood Still, 1951), ¡Quiero vivir! (I Want to Live!, 1958), Amor sin barreras (West Side Story, 1961), The Sound of Music (Sonrisas y lágrimas, 1965) y La amenaza de Andrómeda (The Andromeda Strain, 1971).

Fotograma de la película Nadie puede vencerme
Fotograma de la película Nadie puede vencerme

The Set-Up se inscribe dentro de la primera etapa de Wise como director. En esta película filmada en blanco y negro y de clase B, Wise mezcla tres géneros de manera perfecta: el film noir, el drama y el deporte. A partir de ello, construye una obra protagonizada por Stoker Thompson (excelso Robert Ryan), un boxeador mediocre que está en sus últimos años como profesional y que debe enfrentar una pelea contra el joven prometedor Tiger Nelson (Hal Baylor) en un pequeño estadio de un pueblo de la costa oeste. Lo que desconoce Stoker es que su manager Tiny (George Tobias) arregló la pelea para que este caiga derrotado después del segundo round.

El protagonista: Stoker Thompson

Lo notable de esta película es que no cuenta un caso de camino al éxito o de una hazaña, sino que, por el contrario, narra una pequeña escena de la vida deportiva de un experimentado boxeador que tiene conciencia de que atraviesa sus últimos años como profesional.

Stoker Thompson no pelea para ser campeón mundial ni para ser el mejor de su categoría, sino que, en ese ambiente marginal y corrupto, lucha contra su propio destino. Él solo quiere demostrar a todos que todavía puede desempeñarse correctamente en la disciplina, aunque muy pocos le tengan fe.

En ese ambiente hostil y frente a un público sediento de sangre, buscará alzarse con la victoria, sin importar si esto le puede generar problemas físicos o con la mafia. Allí radica también el centro de la discusión con su esposa Julie (Audrey Totter). Mientras que ella desea que se retire y que se dedique a otra cosa, él quiere pelear para evidenciar que todavía está apto.

Fotograma de la película Nadie puede vencerme

El tiempo es otro factor relevante en Nadie puede vencerme. La película se narra en tiempo real. El metraje de 73 minutos se corresponde con el tiempo que transcurre entre que vemos a Stoker despertar de su siesta en un cuarto de hotel (lo primero que vemos de su cuerpo es su oreja izquierda inflamada, un símbolo de los golpes recibidos que tienen los boxeadores experimentados) hasta los momentos posteriores a su velada, donde es atacado por los miembros de la mafia liderada por Little Boy (Alan Baxter).

Nadie puede vencerme es también una película sobre un perdedor que lucha contra el paso del tiempo. Wise busca dar a comprender este punto de vista y coloca relojes para que el espectador entienda la importancia del tiempo en el que transcurre la historia. También en repetidas ocasiones se hace mención de la edad de Stoker y el público, en el comienzo de la pelea, se burla de él por lo mismo.

Fotograma de la película Nadie puede vencerme
Fotograma de la película Nadie puede vencerme

El guion

El guion (basado en un poema de Joseph Moncure March) firmado por Art Cohn y el propio Robert Wise, es uno de los más destacados dentro de esa gloriosa época. Antes de la excelente escena de la pelea, la película se instala en el vestuario.

Desde allí podemos observar la multiplicidad de personalidades que componen el mundo del boxeo en particular y del deporte en general.

Es por ello que, a través de cortas pero significativas conversaciones, observamos las expectativas de cada uno de los boxeadores y entendemos las repercusiones de las victorias y de las derrotas en la mente del deportista. El vestuario es un lugar de igualdad y de reunión donde los perdedores y los ganadores tienen las mismas marcas en los rostros y las mismas esperanzas de trascendencia.

Posteriormente, en la escena de la pelea entre Stoker y Tiger Nelson, Wise no escatima para nada la violencia propia del boxeo. El director decide mostrar la pelea completa y allí podemos observar como los rostros de los pugilistas se transforma por completo debido al cansancio, los golpes, la sangre y el sudor.

Wise intercala las escenas de pelea con imágenes de los distintos tipos de públicos y de sus reacciones frente a las instancias del combate.

Para finalizar la escena de la pelea, Wise decide sabiamente realizar un plano de un golpeado Stoker caminando en solitario por un sórdido y sucio pasillo del estadio, mientras que, de fondo, el público se retira rápidamente.

De forma notable, nos muestra que el espectáculo terminó, que el éxito en ese mundo es efímero y que cada uno vuelve a formar parte de la mediocridad que habita cotidianamente.

Conclusiones

En suma, la película de boxeo Nadie puede vencerme es una de las más destacadas películas deportivas de la historia del cine. Su magnífica puesta en escena y su depurado guion ofrecen al público una emocionante historia sobre un hombre que decide luchar contra su propio destino.

Si te ha gustado este análisis con las mejores películas de boxeo, no te pierdas otros artículos publicados en mi sección: Juan Manuel González.

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